miércoles, 25 de diciembre de 2013

La crisis puede despertar algunas conciencias dormidas.

Es cierto que las clases dominantes están utilizando la crisis, que ellos mismos han provocado, para atacar todas aquellas organizaciones e instituciones que cuestionan su dominio, que les disputan los beneficios, que como los sindicatos de clase pudieran movilizar al pueblo en contra de sus intereses. ¿Lo están consiguiendo? ¿acabarán con quienes podrían encabezar una movilización popular? lo veremos.

Mientras el discurso contra CCOO y UGT cala en una gran parte de la población (los delitos y corruptelas que alguna de las personas que los componen han cometido y la falta de claridad en cuanto a su financiación, están ayudando a desacreditar a estas organizaciones de trabajadores) se produce un fenómeno que me llena de esperanza, personas que siempre se han mantenido al margen de la política o al menos ellos lo pensaban, se interesan por cuestiones tan importantes para la democracia en España como el funcionamiento de la ley electoral y la insatisfacción que les genera un sistema electoral que desconocen y que acaba dando un resultado que no es proporcional si consideramos el número total de escaños y el de votos.

Me ha ocurrido en varias ocasiones, las conversaciones comienzan con un ataque a los sindicatos de clase, una vez rebatidos los argumentos, se manifiesta lo que subyace en el fondo, la impotencia que produce un gobierno, en este caso del PP, que a golpe dé mayoría absoluta está acabando con el Estado del Bienestar y con los derechos sociales y laborales conseguidos desde hace décadas.

¿Como puede ser que no cambien su política, si estamos todos en contra? no nos hacen ni caso. Luego comienzan los más radicales a plantear que hacen falta movilizaciones más contundentes (con tiros y todo) cuando quien lo plantea forma parte de la mayoría silenciosa que el propio PP utiliza en su favor, todo cambia cuando le digo que yo he participado en la mayoría de las manifestaciones y que ellos no han ido a ninguna. Efectivamente hay un gran número de personas que no se han implicado, que no han tomado parte en movilizaciones aunque comparten las razones que motivan su convocatoria.

Me siento esperanzado, con los años que quedan hasta que se acabe esta dichosa crisis puedo debatir y convencer a varios cientos de personas para que participen en las movilizaciones que se convoquen y voten por el cambio en los próximos procesos électorales. Yo solo no podré cambiar el curso de los acontecimientos pero os prometo que seguiré despertando conciencias.

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