sábado, 6 de noviembre de 2010

La presa a cobrar: Los Sindicatos de Clase

Durante los días de preparación de la huelga del pasado 29 de septiembre hemos asistido al mayor y más agresivo ataque a los sindicatos de clase convocantes de la misma, han puesto en cuestión su papel institucional, han dudado de su utilidad, de su honradez.


Esta campaña de descrédito se ha producido en todos y cada uno de los medios de comunicación: los de derechas, porque lo han hecho siempre; y los de izquierdas, para defender la política neoliberal aplicada por el Gobierno Central. Este hecho es el que diferencia la convocatoria del 29S de las producidas en anteriores ocasiones.
Este momento histórico en el que sufrimos una profunda crisis económica, en el que el aumento del paro, la falta de recursos económicos de las diferentes administraciones públicas y los recortes sociales que éstas ejecutan, parece ser el mejor momento para que florezcan y arraiguen las posiciones mas beligerantes en contra de los sindicatos. Las subvenciones a fondo perdido que supuestamente recibimos; los recursos humanos que, según algunos, nos regalan los gobiernos; y la honorabilidad de las personas que componemos y dirigimos los sindicatos, están en boca de la mayoría de los tertulianos y tertulianas, así como de los y las columnistas que generan opinión en los medios.
La Ley Orgánica de Libertad Sindical (1985) y la Ley Orgánica de Representación de la Función Pública (1987) modificada por el Estatuto Básico del Empleado Público (2007) establecen una mecánica para medir la representación de los trabajadores y trabajadoras que es un ejemplo de democracia en el mundo, pues en todas las empresas y centros de trabajo con más de seis trabajadores se celebran elecciones sindicales. En estos procesos electorales los trabajadores votan, cada cuatro años, a quien quieren que sea su representante y a las listas se pueden presentar tanto los sindicatos presentes en la empresa como candidaturas de electores. De estas elecciones y de forma proporcional se establece la representatividad de cada uno. Los delegados y delegadas elegidos (este proceso cuenta con una participación superior al 75%) tienen derecho por ley a disponer de un computo horario (retribuido y creciente según el número de trabajadores de la empresa, de hasta un máximo de 40 horas mensuales) para dedicarse a la labor que tienen legalmente encomendada. Una labor sindical. Estas horas pueden acumularse para facilitar su labor y la organización del trabajo en la empresa.
¿Por qué se han centrado los ataques en los “liberados y las liberadas sindicales”? Por que atacar a los liberados y a los sindicatos facilita el mantenimiento de las reformas lesivas para los trabajadores. Todo el arco parlamentario, salvo honrosas excepciones, ha apoyado o se ha abstenido a la reforma laboral.
Pero no hay que olvidar que la mayoría de estos sindicalistas son empleados públicos (también hay “liberados” en el sector privado, pero menos) que, por su condición de funcionarios, estatutarios o laborales, actúan ante las administraciones, que son su empresa. Si se reducen los liberados y liberadas, se recortan los derechos sindicales, se recorta la capacidad de negociación del personal y se debilita el papel institucional de las organizaciones sindicales de clase. Esperanza Aguirre lo ha visto claro: atacar a las organizaciones sindicales reduciendo el número de sus efectivos son todo ventajas. Ventajas como empresaria y como presidenta de la Comunidad de Madrid, y si con ello consigue mayor respaldo social, todo ventajas.
Pero, al margen de determinados políticos y del pensamiento único impuesto por los medios y los mercados, los liberados sindicales de los que disponemos los sindicatos son reflejo de la aplicación escrupulosa de la legislación vigente, de lo que se puede inferir que, si se cuestiona el número de permanentes sindicales o su actividad, sólo se está cuestionando, interesadamente, nuestro ordenamiento legal actual.
La financiación de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios del PV se consigue sólo a través de las cuotas de las 11.300 personas afiliadas a ella. El crédito sindical, que, por su parte, usan los cerca de 600 delegados y delegadas que han sido elegidos en las candidaturas, se gasta en mejorar las condiciones laborales de sus compañeros y compañeras, estén afiliados o no a CCOO. Además, todos los fondos destinados a la formación se gemplean en formar a los trabajadores y trabajadoras de los sectores que tiene asignados.
En cuanto a los 113 delegados y delegadas que CCOO tiene en la Conselleria de Sanitat (elegidos dentro de los procesos oficiales) acumulan su crédito horario de manera que la FSSPV cuenta con 69 personas liberadas que atienden a los 50.000 trabajadores y trabajadoras de la Conselleria que desempeñan sus funciones en los 30 hospitales y en los centros de salud del país valenciano.
Oscar Wilde decía aquello de “Nunca des explicaciones. Tus amigos no las necesitan. Tus enemigos no las creen”. Pese a ello, CCOO trabaja siempre con transparencia y responsabilidad y en este sindicato creemos que no tenemos nada de lo que avergonzarnos y mucho de lo que sentirnos orgullosos. Por eso, contamos las cosas como son.
Artículo publicado en "Sindicat i salut" nº 16 noviembre 2010

No hay comentarios: